20 de enero de 2008

Dios es peligroso

Si no hay tiempo de leer un libro, quizá sí lo hay para leer un artículo. Éste se publicó el 12 de enero de 2008 en la página 27 de El País.

El tema de la religión está en los inicios de este blog, aunque de forma todavía extrañamente ausente. De hecho todo comenzó con un creciente interés por comentar un libro de Richard Dawkins titulado El espejismo de Dios al que tendré que dedicar en un futuro más de un post.

Este libro constituyó una de mis lecturas navideñas que amenizaron la espera y me convencieron de la necesidad de no tratar de imponer una determinada religión a nadie, incluido un pequeño e indefenso recién nacido.

El caso es que los temas se entrelazan con mucha facilidad en las lecturas y sin saber bien como abrí el periódico para encontrar este texto que da en la diana de lo que venía a ocupar el lugar de mis reflexiones navideñas y, además en un día tan señalado.

Del texto os estraigo lo siguiente:

"(...) El nuevo testamento dice "Todos somos iguales ante Dios". Esta igualdad (...) es la que sustenta socialmente las religiones cristianas. Sin embargo, la consecuencia de ello es que con la misma radicalidad que se suprimen las diferencias sociales y políticas, se establece una nueva distinción fundamental y una nueva jerarquía ne el mundo: entre los creyentes y los no creyentes. Con ello se priva generalmente a los no creyentes de la categoría de personas. Las religiones pueden construir puentes entre las personas allí donde existen jerarquías y fronteras, pero cavan a la vez nuevos abismos allí donde no existían."


La pregunta, a mi, se me antoja obvia: ¿No podríamos (los humanos) tender esos mismos puentes sin apelar a la fé o, mejor dicho, a ninguna fe? ¿No basta con tener fe en que otro mundo, otra forma de conducir las relaciones humanas, son posibles?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que sea al mundo bienvenido y que venga preparado para lo que le espera.
¿Te has parado a pensar, si es longevo, que es lo que verá?
Estará en las puertas del siglo XXII, quién sabe si la religión dominará la sociedad aún o sólo serán restos de tiempos remótos.

Y lo más importante, habrá libros y transmisión de conocimientos? o volveremos a una "edad media tencológica" dónde el derecho, o el interés por el saber, sea cuestión de privilegiados.

Javier Pascual Burillo dijo...

Lo que me he parado a pensar es qué verá a poco longevo que sea. O sea, qué es lo que veremos todos. La verdad es que supongo que en todo tiempo hay incertidumbres sobre el futuro y esta no va a ser menos.

La verdad es que, si bien no confio en la humanidad, sí confío en los humanos. Así que espero que algún día seamos capaces de ponernos todos manos a la obra y hacer de esto algo más llevadero.

Sobre la religión, supongo que si ha durado 20 siglos, podrá durar otros dos, pero espero que se lance definitivamente al aspecto privado del individuo y deje de tratar de dominar la esfera pública. En todo caso, lo que tengo (tenemos) claro es que si Lucas quiere tener una religión o una religiosidad la tendrá que elegir él (del mismo modo que elegirá sus opciones políticas y personales)

Por último, que no falten los libros ni el interés por pensar, porque ese día dejaré de creer en los humanos