15 de diciembre de 2008

El alquimista impaciente

Después de casi dos meses de no introducir ninguna entrada en el Blog, vamos a continuar.Y no es que en este tiempo no hay leído, sino que el tiempo, tan limitado, me ha impedido por un lado leer más y por otro, escribir algo. Además a veces no he tenido a mano un lápiz con el que señalar lo que de interés encontraba a mi paso por las hojas de lo leido.
Así llegamos hasta este libro de Lorenzo Silva, del que ya os he hablado en otra ocasión (del autor, no del libro). En este caso es una novela policiaca cuyo ritmo me ha enganchado. Además está salpicado de reflexiones, de formas de ver la realidad, que sintonizan mucho con mi forma de entender el mundo y de explicarmelo a mí mismo. Se trata de observar y meditar sobre lo observado e ir sacando conclusiones (aunque sean provisionales). Como digo es algo que hago frecuentemente cuando mantengo conversaciones conmigomismo.
Una de estas observaciones se encuentra en la página 173:


«A eso de las cuatro menos diez rodaba ya por las silenciosas y desiertas calles de la urbaniación, jalonadas de gigantescas chinchetas rompeamortiguadores para que el estricto límite de 20 por hora, que en cualquier otro sitio se habría incumplido con tanta holgura como impunidad, mantuviera su vigencia. Mientras sorteaba los temibles obstáculos del único modo posible, humillándome ante ellos, pensé que resulta bastante instructivo tomar nota de las prohibiciones que se revelan plenamente efectivas. Sirve para discernir, entre toda la retorica interesada y la vana hojarasca que circula al respecto, qué es lo que realmente goza de protección en una sociedad.»



En este texto encuentro dos partes la primera una reflexión sobre que las únicas prohibiciones que resultan útiles son aquellas que nos coaccionan y nos obligan a ser cumplidas. El resto, si podemos, nos las saltamos. No sé a qué puede ser debido, si a la forma de ser del ser humano o a la de la sociedad, que por un lado restringe y por otro permite y, a mitad de camino, condiciona con fuerza aquello que no es opcional.

La segunda parte se va más lejos. La urbanización es de verdadera élite, así que lo que hay que proteger es mucho, tanto que es lo que de verdad se protege. Parece evidente que es otra reformulación de ese principio de que las fuerzas del orden están para defender al que tiene, que, por cierto, es quien se dota de ella por saber que tiene algo que perder.

Otra cita, esta de la página 198:



«Cuando uno se encuentra a alguien que habla tanto y con tanta facilidad de su fuero íntimo, cabe pensar dos cosas: que el sujeto en cuestión tiene en tan poca estima a todos sus semejantes (y en tanta a sí mismo) que no le importa exhibirse; o que miente más que habla.»



Supongo que hay más alternativas (y no sólo dos), pero lo que es cierto que alguien que habla mucho de sí mismo, siempre da mucho que pensar... mientras le escuchamos.

17 de octubre de 2008

El secreto de If

Lamento no haber tenido tiempo para introducir una nueva entrada en el blog. La verdad es que está algo parado últimamente, pero la cosa tiene varias causas, entre ellas las mil y pico páginas del Mundo sin fin de Ken Follet, que no ha merecido siquiera un comentario en el blog, más allá del siguiente: entretenido y con mucho sexo (no recordaba tanto en los Pilares)
Vamos con el de hoy. El secreto de If es el último premio Barco de Vapor y yo no sería su lector potencial si no fuera porque conozco a los escritores del mismo. El libro merece la pena por el texto y por sus ilustraciones. De las ilustraciones no me ocupo en este blog, pero del texto voy a segregar algunas (pequeñas) citas que muestran como son los ojos que han leido el libro.


«Fuera el hielo que cubría el lago se había fundido por completo» (p. 48)



«Todas las paredes, desde abajo hasta arriba, estaban cubiertas por una interminable estantería en forma de hélice repleta de volúmenes bellamente encuadernados» (p. 71)



«Aquí ya no hay números, solo líneas, todas de la misma longitud y con una marca sobre ellas. Las marcas no siempre están a la misma distancia de los extremos. (...) Todos los números del código han sido transformados en decimales, en fragmentos de un segmento de longitud constante...» (p. 190)



«Ella huyó del reino porque no soportaba su perfección, una perfección que hacía imposible la virtud, porque no te daba posibilidad alguna de elegir.» (p. 255)



Fundido, hélice, segmento y virtud, y mis ojos viendo la física, la biología, las matemáticas y la filosofía. Unos ojos que tiempo atrás no veían, ni siquiera intuían, nada parecido. O quizá sí, pero sin palabras para explicarlo. Encuentro que soy muy distinto al que fui, aunque sigo buscando con los sentidos abiertos. Algo queda.

10 de septiembre de 2008

Los girasoles ciegos

Un libro regalado por mi cumpleaños. Un libro duro, que habla de una época dura en la que vencedores y vencidos comparten victoria y derrota. Un libro muy bien escrito sobre una etapa oscura que, por suerte, no me ha tocado vivir.


«El silencio es un espacio, una oquedad donde nos refugiamos pero en el que no estamos nunca a salvo. El silencio no se termina, se rompe; su cualidad fundamental es la fragilidad y el epitelio sutil que lo circunda es transparente: deja pasar todas las miradas.» (p. 77)


Silencio.

30 de agosto de 2008

Revista Turia 63-64

No suelo comprar la revista Turia, pero encontré ésta atrasada con un monográfico sobre Miguel Servet, así que decidí comprarla. De Servet recuerdo en mi infancia varias cosas; que era aragonés, médico y que descubrió que la sangre circulaba, motivo por el cual fue quemado en la hoguera. De esta forma se equiparaba en algún sentido con Galileo, a quien se obligó a retractarse para no sufrir el mismo castigo, en este caso por afirmar el movimiento de la Tierra.
Hace muy pocos años me enteré de que la obra en la que introdujo la novedad anatómica se titulaba Restitutución del cristianismo, un libro de teología en el que, entre otras cosas, se negaba la posibilidad de que Dios (el de los cristianos) fuera tres y uno al mismo tiempo,... pero claro tener un héroe nacional con este currículum en la "reserva espiritual de occidente"... En fin, que sirva este pasaje extraído del artículo de Ángel Alcalá para tratar de recuperar la memoria distorsionada de este personaje:


«Instalados ya (...) en la conmemoración de los cuatros siglos y medio de la muerte de Servet, ningún tema referente a él es más urgente en su patria que proclamar machaconamente eso que en muchos otros países, de mejor tradición liberal que el nuestro, es de dominio común entre personas entendidas: la gloria de nuestro genial paisano no estriba en su presunto descubrimiento científico, sino en haber (...) enseñado y personalizado una actitud intelectual de búsqueda radical de la verdad tal y como es entrevista por cada individuo sincera y desinteresadamente pensante; en segundo lugar, y como consecuencia inmediata de esta toma de posición irreductible, la exigencia del derecho a expresar el propio pensamiento sin que ninguna instancia institucional -sociedad, iglesia, Estado- tenga derecho a reprimirlo.»



La sangre circulaba, pero la libertad de conciencia y de expresión sí son algo que necesitábamos y por lo que merecía la pena luchar, aunque seguramente no hasta morir.

28 de julio de 2008

Mileuristas

Los comentarios del verano tienen tendencia a ser más cortos. Los días son largos y las cosas que hacer son muchas, además no siempre hay conexión disponible, así que, sea por unas cosas o por otras el comentario no será largo, ya llegará el invierno y lo será.

Mileuristas es un libro de Espido Freire que me llamó poderosamente la atención cuando lo vi en la caseta de Ariel en la Feria del libro de Madrid. Había oído a la autora hablar de él en un programa de televisión que dirige un cura moderno (por el pelo y las formas) pero con su alzacuellos (igual es un requisito para aparecer en el Canal Diocesano de Toledo). En ese programa se trataba del tema de los mileuristas como generación y de eso trata este libro y su continuación (pues está concebido como una serie con dos entregas).

La primera sorpresa me la llevé cuando me dí cuenta de que yo era un mileurista, pues ese es el calificativo que merece (según Espido) nuestra generación, independientemente del salario que se perciba. Así, este libro pasaba a ser un libro escrito por una mileurista y leido por otro de la misma condición. Sin duda ambas circunstancias no ayudan a ser objetivo. Salirse de lo que le es propio a uno para contarselo a los demás parece francamente difícil y, de hecho, la autora se disculpa en el prólogo asegurando que, quizá "generaliza lo personal o personaliza lo general". En todo caso ese riesgo también me ocupa a mi, que lo veo desde mi particularidad (es posible que no haya otra opción). Por otro lado es cierto que me identifico con muchas de las afirmaciones que se vierten en el libro, pero no más de lo que me puedo identificar al leer un horóscopo. En definitiva, se trata de un libro que retrata una generación (nos retrata) de una forma un poco vaga, pero entretenida, que al fin y al cabo también es algo positivo, de todos modos, de momento no voy a comprar la segunda parte.
Un fragmento que habla de una pérdida de libertad individual (p. 163)

«Una persona joven puede por lo tanto tener un móvil personal y otro de trabajo, pero el hecho de llevarlo encima le convierte en una oficina ambulante: el espacio que el móvil anula hace que también se modifique el concepto de tiempo. (...) Los teléfonos (...) anulan la intimidad, extienden jornadas de trabajo y se mantienen siempre activos.»
Quizá lleguemos a añorar el tiempo en el que podíamos salir de casa y desconectar de todo lo demás. Había un tiempo en el que nos apuntabamos recados para nuestros padres y hermanos y, además, preguntábamos: ¿está Antonio?, con toda la naturalidad que da el saber que el teléfono dependía de un cable empotrado en una pared.
Para terminar un fragmento que habla de una pérdida de libertad colectiva (p. 175)


«Las publicaciones específicas se nutren casi siempre de una publicidad que las convierten en gratuitas, o casi; (...) la publicidad de firmas asume que es imposible desligarse de la marca, que la comunicación puede ser sesgada o abiertamente manipulada por intereses comerciales (...)»

Conviene tenerlo en cuenta.

15 de julio de 2008

El urinario

Hace ya años que leí La flaqueza del Bolchevique, de Lorenzo Silva, tras ver la película que lleva el mismo nombre. De aquel libro recordaba (algo) de la forma en la que estaba escrito y de la sensación de encontrarse ante una persona atrapada en su éxito profesional y hundida en su fracaso personal. Por eso cuando ví que Lorenzo Silva firmaba en la feria del libro de Madrid, decidí pasar por su web para ver qué otros libros había escrito y, con ese pretexto, comprar uno y que el propio autor le anotara una dedicatoria.
Así fue como supe que Silva ha escrito una serie de novelas policiacas (por no decir guardiacivilescas), además de relatos de viajes y otros juveniles. Lo que me llamó la atención fue una trilogía (laxa) que forman El urinario, La flaqueza del bolchevique y El ángel oculto. Así, leído el segundo, podíamos ir a por el primero y, como en el caso de la flaqueza, lo que me ha vuelto a gustar es ese carácter corrosivo de estos personajes de Silva. Tal vez la novela no sea demasiado profunda, pero deja entrever que quizá lo que nos venden como triunfadores, es posible que no lo sean tanto. Yo, por mi parte, os dejo con una cita de la página 26 de mi edición

«A menudo resulta arduo discernir el límite entre el trabajo y la intimidad, porque hay cientos de miles de seres que confunden uno y otra y hasta quienes intercambian los términos, convirtiendo su trabajo en la médula de su intinidad y su intimidad en una tarea. Es obvio que de vez en cuando uno debe repeler los asaltos de su intimidad a su desempeño laboral, en garantía de la retribución que por tal desempeño corresponde. Pero tal y como yo lo intuyo (...) resulta mucho más perentorio oponerse al desenlace, nada infrecuente, de terminar uno siendo sólo la profesión en que uno enterró su inteligencia.»

15 de junio de 2008

La inteligencia fracasada

Abordamos un nuevo libro. Esta vez un ensayo psicológico sobre los fracasos de la inteligencia. Al margen del hilo principal del libro, aparecen algunas cuestionos psicológico/filosóficas sobre el lenguaje que han sido las que más me han interesado (además del capítulo VII, dedicado a las sociedades inteligentes y las sociedades estúpidas). Vamos con la primera cita, de la página 48 de mi edición de bolsillo


"...con la aparición del lenguaje las cosas cambian. No se trata ya de creer en lo que veo, sino en lo que me dicen. Y esto resulta ya más azaroso, porque el lenguaje sirve como sustituto de la experiencia, sin ninguna garantía. Con la palabra nació la comunicación, pero también la mentira"


Más de fondo me parece este comentario del que me gustaría poder echar mano muchas veces, ¿por qué hay tanta diferencia entre lo que decimos y lo que entiende el que nos escucha?
"Hablamos de «contenido» de una carta o una frase. Esto nos hace pensar que al hablar entregamos al oyente un paquetito con lo que queremos decirle (...). Esto es falso y peligroso. EL habla es ante todo un sistema de inducciones y seducciones. Al hablar no entregamos un objeto material a un sujeto que tiene que comprenderlo, es decir, cogerlo de una vez o asimilarlo. (...) Lo que hago al hablar o al escribir es presionar para que el oyente realice unas operaciones a mitad de camino entre la inferencia y la adivinación y produzca un significado parecido al que yo deseo suscitar." (pp. 91-92)
Esto se parece mucho a lo que ocurrió en uno de las últimas entradas del blog, en relación con el poema Presentimiento de Mario Pascual. Algo que comenta Ana Conejo en un artículo de la revista idea La Mancha (nº4, 2007, pp. 196-197) titulado Educación y poesía,
"El poema no tiene un significado dado, sino el significado que el lector es capaz de construir poniendo en juego todos los recursos de la evocación y la memoria."
Como sospechábamos, ninguna interpretación es buena o mala, simplemente es personal. Sigamos con el ensayo de Marina, continuando con las citas referidas al lenguaje, en la página 79 nos dice que
"Hay dos funciones lingüísticas esenciales: transmitir información e influir en la conducta (...) Estas dos funciones se realizan no sólo hacia el exterior, sino también hacia el interior."
Que continúa en la página 86, diciendo
"Normalmente vivimos y paralelamente al vivir comentamos con nosotros mismos lo que vivimos. (...) Somos comentaristas de nosotros mismos, y con estos comentarios a veces nos animamos y a veces nos destruimos."
Quizá convenga tener este hecho en mente cuando algún pensamiento quiera hundirnos, tratando de objetivarlo (en el sentido de intersubjetivar, compartiéndolo con los demás para que nos aporten su punto de vista).
Por último deciros que siempre me ha llamado la atención el hecho de que las teorías sobre el lenguaje, utilizan el lenguaje para hablar de ellas. No sé que implicaciones técnicas tendrá esta autoreferencia, quizá estas teorías tengan algún tipo de limitación al estilo de la que tienen las matemáticas con el Teorema de Gödel.
Último apunte no lingüísitico:
"Necesitamos saber si nuestras metas son contradictorias para no fracasar. (...) La civilización occidental ha glorificado tanto las metas personales que ha llevado a la quiebra a todas las metas compartidas. (...) Un proyecto compartido, como es el de vivir con derechos, ha dado lugar a un modo individualista de vivir que aniquila el proyecto común." (pp 123, 125-126)
Habrá que ver de qué manera rompemos el círculo. A mí sólo se me ocurre que el único punto débil está en la base.

2 de junio de 2008

Un matemático lee el periódico

Un compañero me pidió prestado este libro que, previamente, había regalado (otro ejemplar) a un tercer compañero. Este libro lo leí en el 2002, antes de tener siquiera la idea de tener un blog (ni de saber lo que era), pero la rápida relectura aleatoria me parece suficiente para merecer una entrada en él. En aquella época también tenía demasiado respeto a los libros y no les hacía anotación alguna, de modo que guardo libros que, como este, tienen a apariencia de no haber sido nunca leídos.
Al ver los libros de otro compañero (y amigo) me dí cuenta de que esos libros, con sus anotaciones y subrayados de colores parecían más vivos que los míos, y además a él le era más fácil recuperar alguna información que hubiera destacado en ellos. Con esta idea comencé a subrayar y anotar yo también mis libros y, ahora a compartirlo con vosotros.
De esta lectura rápida y aleatoria de Un matemático lee el periódico, me han salido estas dos citas, una que se puede asociar a la actualidad en cualquier momento de actualidad y otra relativa a uno de mis temas favoritos, las paradojas.


"(...) en esencia, muchas de las previsiones sociales pueden reducirse a dos fórmulas. Una es «Las cosas seguirán más o menos como hasta ahora». Presionados los enterados y pronosticadores admiten una cláusula más: «hasta que cambie alguna cosa». La otra fórmula es igual, pero hace hincapié en el cambio: «Las cosas cambiarán». También aquí, cuando se les presiona, los enterados y pronosticadores admiten otra cláusula: «después de un periodo indeterminado de estabilidad». Pero LAS COSAS SEGUIRÁN IGUAL HASTA QUE CAMBIEN y AL FINAL CAMBIARON LAS COSAS son frases demasiado hueras e incontratables para titular un análisis periodístico o el comentario de un columnista. Hay que disimular su vacuidad." (p. 37-38)

Demasiado similar a las predicciones económicas de todos los diarios, ¿no? Basta con observar las predicciones, por ejemplo sobre el precio del petróleo. La última:


"La paradoja del metiroso deriva en lógica del hecho de que la proposición «Miento» es verdadera únicamente si es falsa. La paradoja del famoso deriva del hecho de que la proposición «Soy famoso» es verdadera únicamente si la oye una cantidad suficiente de personas." (p. 140)


Sin comentarios.

31 de mayo de 2008

El viaje a la felicidad

Tercera y, de momento última, etapa de este camino por los libros que tratan de la felicidad. El camino se inició en marzo con el libro de Alex Rovira y Francesc Miralles El laberinto de la felicidad, continuó en abril con La conquista de la Felicidad, de Bertrand Russell y termina en mayo con este Viaje a la felicidad.

Del primero al segundo ya hubo un cambio significativo, y del segundo a éste también lo ha habido. Si en el primero había autoayuda y en el segundo un exceso de elevar a general lo vivido por el autor, ahora nos encontramos con ganas de arrojar luz (científica) sobre un tema tan poco cuantificable como la felicidad (¿y no era lo cuantificable el objeto de la ciencia?). Si dejamos a un lado esta pequeña objeción lo que se tiene es un libro con (algunas) claves psicológicas de la felicidad, que surge como una nueva necesidad asociada a la longevidad.

Quizá la primera sorpresa llega de la mano de las emociones, comparando con el poder que Russell concede a la racionalidad a la hora de alcanzar la felicidad, aquí, Punset las sitúa como una necesidad de la razón para no perderse en situaciones que exijan tomar una decisión. Emociones que, a diferencia del resto de los animales, tenemos mezcladas y, como consecuencia de ello...





"(...) se da un ejemplo patético de desinformación y desconocimiento de nuestra propia biología cada vez que se aprovecha un púlpito, una cátedra, un foro o un parlamento para aseverar sin matices." (p. 63)




No está mal, parece que por fin la ciencia puede poner un límite al maniqueismo. Lo que pensamos lo pensamos con matices y, por tanto no es una cuestión de blanco o negro. Entiendo que la comprensión profunda de algo tan sencillo nos evitaría un montón de infelicidades. Pero bueno, más allá de todo esto Punset nos revela su utilidad:





"Si antes no sabíamos para qué servían las emociones, ahora constatamos que sin ellas no tomaríamos nunca decisiones" (p. 82)

Como ya decía antes, necesitamos de las emociones, pues la pura racionalidad no nos sirve. La decisión final depende (menos mal) de las emociones y eso nos convierte en algo más que máquinas pensantes, pues también somos máquinas emocionales, lo cual es un alivio.


El libro continúa desgranando causas de infelicidad, mitos acerca de la felicidad y cosas que, de verdad forman parte de la felicidad, hasta llegar al final a una fórmula de la misma. yo por mi parte me detengo en una concreta (quizá porque como dice Ana en su comentario del post anteriro, cada uno lee desde su subjetividad). Según el libro, una causa de infelicidad es la competición, competimos con nuestros congéneres, cuando probablemente sería mucho mejor colaborar con ellos. Pero es que la competición la tenemos grabada a fuego desde nuestra inclusión en un sistema educativo que la promociona:




"(...) ¿es adecuado un sistema educativo puramente competitivo si se quiere fomentar una sociedad cooperativa?" (p. 131)
El modelo educativo imperante consiste en encerrar en un espacio reducido a un grupo de niños de la misma edad para que desarrollen exactamente las mismas aptitudes (...). Se trata de amoldarlos a un modelo concreto; no de una convivencia entra una variedad de personas de edades y aptitudes variadas, desarrollando caminos personales y colaborando entre sí para ayudarse mutuamente y como grupo. (...) Si se pretende formar adultos que sepan colaborar, éste es el peor sistema posible. (...) Es necesario idear un sistema educativo capaz de fomentar los valores de colaboración, cosa que sólo se consigue si (...) los niños (...) llegan a confiar en el resto y en que, a largo plazo, les resultará más beneficioso colaborar que competir."



No parece mala idea. Si dejaramos de percibir al otro como un competidor seguramente tendríamos una posibilidad de colaborar con él con beneficio propio y también para él. Quizá lo que ocurre es que siempre tenemos que medir los beneficios en términos económicos (cuando no monetarios), una lástima, pero quizá se pueda intentar...

25 de mayo de 2008

Presentimiento

Voy a tratar de comentar este microrrelato incluido en la página web del programa de Televisión Española Página2. Si queréis acceder al microrrelato original, podéis hacerlo pinchando aquí.

Se dan en este relato varias circunstancias. En primer lugar que llegué a él a partir de una búsqueda genérica por los apellidos. En un gesto algo vanidoso, uno se siente tentado de meter sus propios apellidos en google a ver en qué circunstancias aparece (él o los que se apellidan como él) y esta vez hubo sorpresa (agradable): el primer poema publicado (hecho público) de un autor que, además, es mi hermano. El poema/microrrelato es este:



Presentimiento azaroso de briznas de desencuentro
que en la mente se hacen peso
mediante el momento perpetuo y la tenue mirada.

Por eso, ya solo seremos
las Madres de cuerpos que exploran la calma
los Padres de un tiempo aferrado a romper,
como rompe la espuma, las continuas olas
que el frío, ofuscado en su furia, nos lanza.



La segunda circunstancia es que yo ya sabía que Mario escribe poesía (de hecho he leído bastantes poemas suyos). Hace algún tiempo estuve tentado de publicar en este leerxhablar un post sobre alguno de ellos, pero me retuvo la falta de publicación o de permiso de hacer público lo que permanece oculto.

La tercera cuestión curiosa es que tengo en mi buzón de correo un mail en el que Mario me explica lo que ha querido plasmar con su Presentimiento, mail que yo no he leído, porque me divierte más el juego de dar una interpretación "a ciegas" de este poema y, de paso, esperar a ver si lo que he leído ha coincidido con lo que se escribió.

He estado pensando sobre este "juego" en los últimos días. Al nivel particular del poema y al nivel general de la interpretación. Parece claro que toda comunicación es objeto de varias interpretaciones. En primer lugar, el emisor tiene que trasladar la información química alojada en su mente a unas palabras que, en un segundo momento, tendrán que volver a ser reinterpretadas en términos químicos en otra mente (o eventualmente en la misma). Esta reinterpretación se elaborará en unas circunstancias muy especiales y, seguramente, muy diferentes del momento, estado físico y/o mental que llevaron al autor a escribirlas. Además de esas circunstancias nos encontramos con el bagaje personal de cada uno de los intervinientes y el sentido y profundidad que le demos a cada palabra, etc. Por eso me interesa tanto este juego, porque voy a interpretar el texto (sin explicación de las circunstancias del autor) desde mis circunstancias y vamos a poder comprobar la dificultad (y por poco que lo pensemos, la casi mágica posibilidad) de cualquier acto comunicativo. Cito a Punset en el viaje a la felicidad y comienzo con mi comentario:

"Somos capaces de comunicarnos, justamente, porque --a veces-- sabemos diseñar representaciones que nos liberan del caudal de información y emociones que colman un concepto."

Vamos allá. En primer lugar el título es Presentimiento. Esta palabra es un sinónimo de presagio o premonición, pero, como tantas veces ocurre con los sinónimos, no dicen exactamente lo mismo, pues, en general las tres se utilizan para decir que se tiene la intuición de que algo (un suceso) va a ocurrir, pero un sentimiento no es un suceso, así que me lo he tomado por ahí. En mi opinión, lo que se expone en este poema es un pre-sentimiento. Lo que se ve en el futuro es más un sentimiento (un desánimo) que un suceso y, así, podemos ir pasando al poema.

En los primeros tres versos aparece la forma en la que el autor llega a ese presentimiento. A partir de un "des-encuentro", de un "encontrarse fuera de lugar" con dos manifestaciones típicas.

El resto, los otros cinco versos, hablan de lo pre-sentido, seremos (nosotros mismos y quienes nos sucedan a modo de "hijos") sujetos que se debaten entre la inacción (explorar la calma) y la lucha a contracorriente (romper las olas que el frío nos lanza)

Si hay algo de esperanza en este poema, yo la encuentro en el final. Siempre habrá un motivo, un espacio, una posibilidad de luchar contra la opresión de un sistema que nos invita a la inacción.

18 de mayo de 2008

Los pésimos ejemplos de Dios, según la Biblia

En la línea del libro de Dawkins (entrada del 27 de enero) ví este libro de Pepe Rodríguez en un estante y me decidí por él. En el libro encontramos relatos de la biblia comentados (casi todos son del antiguo testamento).
La situación de partida es la siguiente: Si hemos de considerar la Biblia como dictada por el propio Dios (en cursiva como autor que es) y, por tanto, ha de considerarse verdadera por quienes crean en ese Dios, entonces ¿cómo se pueden admitir entonces estos relatos como los ejemplos que quiso dejar Él para la posteridad?
El libro cuenta con numerosos ejemplos de actos inadmisibles (y no solo desde el punto de vista moral actual) y de otros increíbles (pero claro, si por medio está la "mano de Dios"...), aunque hay que reconocer que se hace algo pesado de leer, sobre todo al final. Para establecer lo mismo Dawkins utiliza unas 20 páginas de su libro El espejismo de Dios (paginas 254 a 272) aunque este libro tiene el valor añadido de que contiene fragmentos largos de la Biblia, que narran episodios completos y evitan que pensemos que estamos ante interpretaciones de la "Palabra".
En todo caso, y a modo de resumen, a mi la parte que más me interesó fue el capítulo 4 titulado "Dios consideró hombres justos a quienes ofrecieron a sus hijas o esposas para ser violadas por la chusma" y el principio del capítulo 5 sobre todo el pasaje en que "las hijas de Lot emborracharon a su padre para tener sexo con él y quedar preñadas". El primero es terrorífico, pero el segundo es muy divertido ( y son 5 páginas de la 81 a la 85)
Os pongo una cita de la parte final. En la página 210, después del fragmento dedicado a Sansón ("un juez pronto de bragueta y muy corto de entendederas", según Pepe) aparece lo siguiente:



"La palabra de Dios evidencia aquí su enseñanza: aunque un tonto útil sea causa de vergüenza pública por sus actos necios, deplorables y hasta criminales, éstos deben ser olvidados o reinterpretados a fin de quienes se beneficien de ellos puedan ensalzarlos como gloria bendita de heroica memoria."


Y es que hay que ver lo lejos que está la historia de Sansón de la Biblia de aquella que todos tenemos en mente (sea por las catequesis que sufrimos o por las películas de Hollywood que reponen todas las "semanasantas"). Aunque de esto no debemos culpar a Dios (pues la historia puede leerse en la Biblia), sino a sus exégetas o exe-jetas, porque la verdad es que le echan un morro...


Este fragmento tiene una nota al pie con la que no puedo más que estar de acuerdo:


"Una enseñanza divina, dicho sea de paso, bajo la que subyace, en síntesis, la dinámica social que permite crear héroes históricos en cualquier sociedad y época."


A lo que yo añadiría: "según el interés de quien eventualmente se encuentre gobernando."

20 de abril de 2008

La conquista de la felicidad

Como ya os dije, hay libros que se valoran más por lo que provocan que por lo que son en sí mismos. En mi caso un (para mí) mal libro como El laberinto de la felicidad, provocó, al menos dos cosas: La primera, la lectura de libros acerca de la felicidad que tenía en la "lista de espera". y la segunda, que retomara la lectura después de un paréntesis (no totalmente opaco) de unos tres meses.

El libro que nos ocupa en este caso es una autoayuda filosófica escrita en los años 30 del siglo pasado y esto es algo que se nota; los comentarios y ejemplos están muy referidos a esa época y a un país (inglaterra), de todos modos contiene reflexiones bastante interesantes y recetas que, quizá, no sean tan fáciles de seguir como piensa el autor.

Del libro me quedo con algunas citas. La primera


"Para ser feliz en este mundo, sobre todo cuando la juventud ya ha pasado, es necesario sentir que uno no es sólo un individuo aislado cuya vida terminará pronto, sino que forma parte del río de la vida, que fluye desde la primera célula hasta el remoto y desconocido futuro."



Que me trae a la mente este poema de Ángel González (el primero del libro 1001+19=120 poemas:


"Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo. (...)"



Sin duda es un auténtico placer fundirse en un nuevo cuerpo y participar del río de la vida. Sin duda que esto es una fuente de felicidad (al menos así lo vivo yo, y así se plasma en mi vida y en mi lectura, que siempre acaba acordándose de esta experiencia vital). Para ejemplo la segunda cita del libro que os planteo y que también viví en carne propia en mi juventud.



"Viejos y jóvenes, en cuanto alcanzan la edad de la discreción, tienen igual derecho a decidir por sí mismos y, si se da el caso, a equivocarse por sí mismos. No se debe aconsejar a los jóvenes que ceda a las presiones de los viejos en asuntos vitales."



Tengo que agradecer a todos los adultos que me rodearon en mi juventud que me dieran permiso para equivocarme. Ahora puedo decir que no siempre me equivoqué y que pienso que ellos no se equivocaron al actuar así. Espero no equivocarme yo cuando me toque estar al otro lado.

Para terminar, otros dos "consejos" que me han parecido interesantes, menos personales y más sociales. La primera de la página 91:


"La próxima vez que lleve a sus hijos al parque zoológico, fíjese en los ojos de los monos: (...) muestran una extraña tristeza cansada. (...)
En el alma del hombre civilizado parece haber penetrado parte de esa misma tensión y angustia. Sabe que existe algo mejor que él y que está casi a su alcance; pero no sabe dónde buscarlo ni como encontrarlo."



Y esta de la página 130:


"Una sociedad compuesta por hombres y mujeres que no se somenta demasiado a los convencionalismos es mucho más interesante que una socieda en la que todos se comporten igual."



Relacionando y concluyendo: Que nuestra sociedad no se convierta en la cárcel que se refleja en los ojos de los monos. Somos humanos y podemos huir de convencionalismos y mantener muestra identidad personal y cultural. Hay vida más allá del consumo y la economía, o, dicho de otro modo, somos más que consumidores.

10 de abril de 2008

Voces contra la globalización

Ayer tuve un rato (largo) en una librería. Volví a sentir ese placer de ir de un lado para otro fijando la mirada en aqulleo que te puede interesar, para pasar a otro lado y, después, a otro.

Ya sabía que leer todo lo escrito es una tarea imposible, pero me di cuenta de algo peor: que es imposible leer todo lo que te interesa. Compré algunas cosas que se añaden a la cuenta de pendientes y otra para regalar, que es otra forma de leer digamos, en diferido.

Pero como lo que compré para regalar estaba sin envolver, que menos que echarle un vistazo...y un comentario.

El libro Voces contra la globalización es una transcripción de algunas de las entrevistas que se emitieron en el programa de TVE del mismo nombre que emitieron hace algunos (pocos) años. El programa contenía más entrevistas que el libro, pero a cambio, el libro es más reposado que el programa.

De momento he leído únicamente la entrevista a Manu Chao (que, por cierto es la última) La entrevista es bastante pesimista (o realista) sobre el futuro de la humanidad (y sobre todo de su sistema económico). Merece la pena ser leída y reflexionada, pero yo, a botepronto, os dejo dos fragmentos:


"C.E.:¿Cómo luchar contra la dictadura del dinero?
(...)
M.C.: (...) La manera de luchar contra todo esto es muy fácil: consumir menos. La única manera de joderles es no comprar, porque eso es lo único que les interesa, que compres. Si no compras, o compras menos, si compras únicamente lo suficiente para vivir decentemente, ya les estás tocando ahí donde les duele. Pero hay un marketing tan fuerte, que para la mayoría de la gente lo importante es comprar. Y tienen a todo el mundo ahí superamaestrado. (...)
Pero para eso hay que ser muchos. (...) Hay que ser millones. Y así sí que los derrumbamos. La única manera de cambiar las cosas es no comprar."



Y aquí va la segunda:



"Y ese fenómeno de comprar menos no es una utopía; es una solución. Pero hay que romper mil barreras educativas que nos han metido desde pequeñitos en la cabeza mirando la tele. La tele, la tele. Y cómo llega a la escuela. Hay algo terrible que se cuece y que no es tanto lo que pueda decir el profesor sino lo que nace de que el hijo de fulano ha llegado con la camiseta de no sé qué y te llega tu hijo a casa diciéndote qeu si no tengo la misma camiseta es que no soy nadie. Y tú tienes que explicarle a tu hijo que no ser nadie no es eso. Qué padre o qué madre no tuvo que pasar por esa situación. Es terrible la dictadura psicológica de tener que llevar a tu hijo a veer una película de Walt Disney porque, si no, no te habla. Eso es terrorismo psicológico. Los atacan de frente porque son supermoldeables. Es muy difícil luchar contra eso. Es un problema de educación."



Bueno...se queda uno un poco frío, pero esto es lo que se ve a diario en las aulas. Cuando no es la camiseta lo que importa, es el móvil, el ordenador o quedar en el mesenyer. Hace tiempo leí que alguien había caido en la cuenta de que se habían privatizado las relaciones personales. Y cada vez parece que todo va más lejos. Incluso a veces encuentro a chicos y chicas chateando entre ellos cuando se encuentran a escasos dos metros y nadie les ha prohibido que hablen (tampoco se trataba de temas provados que era mejor que nadie oyera). En fin, que ya veremos lo que nos queda por ver con los hijos ajenos y los propios.

En cuanto a lo que personalmente puedo hacer, seguir preguntandome por si realmente necesito aquello que tengo en las manos para comprar, con la excepción de los libros pero...¡¡¡es posible que sea porque los necesito!!!

Nada más por hoy. Enviaré el regalo a su destinatario para que lo destile en algún poema (o varios).

25 de marzo de 2008

El laberinto de la felicidad

Llegó un día del padre, en forma de regalo (Muchas gracias) esta "fábula inspiradora sobre el sentido de la vida". Y no es que yo anduviera necesitado de tal búsqueda, sino que se llegó a este libro a través de un reportaje de Informe Semanal en el que uno de los autores (Francesc Miralles) exponía su punto de vista acerca de la búsqueda de la felicidad en la sociedad actual.

El reportaje estuvo bien (o eso recuerdo), ahora vamos a por el libro:

El relato...(me cuesta hablar así de un regalo hecho con tanta ilusión) El relato... no me ha gustado. Desprende un tufillo (a veces insoportable) de autoayuda y psicología barata al estilo Bucay. Pero es casi peor lo ñoño que resulta en muchos de sus fragmentos


...la Mariposa de la Luz volaba en una danza que era la viva expresión de la alegría. (p. 119)




...ahora sentía que la niña que fue volvía a vivir en su interior. Miró entonces a la Mariposa de la Luz y vio cómo ésta se elevaba hasta fundirse con el sol. (p. 120)



Como siempre copio literal, incluido la tilde del cómo y el sol (que para mí que es un nombre propio, como Venus o Marte, y debería ir con mayúscula).

En fin, tampoco todo va a ser malo. Y, de hecho, no creo que haya ningún libro del que no se pueda sacar algo, y este no va a ser menos, así que os apunto una de las frases con las que más de acuerdo estoy y que utilizo muchoen mi vida:


La risa es algo muy serio. (...) Cada vez que te ríes desaparece un problema de tu cabeza. (p. 67)



Más cosas que me trae este libro:
- Que tengo que comprar (y leer) el libro de Punset sobre la Felicidad (También el de el Amor)
- Que tengo pendiente de leer el libro de Russell La conquista de la felicidad, que después de haber leido su biografía en el libro que le dedican en la colección Grandes Filósofos de El Mundo tiene todavía más interés.
- La siguiente frase de La inteligencia fracasada de José Antonio Marina. (También pendiente, ¡¡¡cuánta tarea!!)


El gran objetivo de la inteligencia es lo que llamamos felicidad y por ello todos sus fracasos tienen que ver con la desdicha. (p. 12)



- Este poema del recien y postumamente descubierto (para mi) Ángel González:


INTRODUCCIÓN A LAS FÁBULAS PARA ANIMALES
Durante muchos siglos
la costumbre fue ésta:
aleccionar al hombre con historias
a cargo de animales de voz docta,
de solemne ademán o astutas tretas,
tercos en la maldad y en la codicia
o necios como el ser que glosaban.
La humanidad les debe
parte de su virtud y su sapiencia
a asnos, leones, ratas, cuervos,
zorros, osos, cigarras y otros bichos
que sirvieron de ejemplo y moraleja,
de estímulo también y de escarmiento
en las ajenas testas animales,
al imaginativo y sutil griego,
al severo romano, al refinado
europeo,
al hombre occidental, sin ir más lejos.
Hoy quiero -y perdonad la petulancia-
compensar tantos bienes recibidos
del gremio irracional
describiendo algún hecho sintom´çatico,
algún matiz de la conducta humana
que acaso pudiera ser educativo
para las aves y para los peces,
para los celentéreos y mamíferos
dirigido lo mismo a las amebas
más simples
como a cualquier especie vertebrada.
Ya nuestra sociedad está madura,
ya el hombre dejó atrás la adolescencia
y en su vejez occidental bien puede
servir de ejmplo al perro
para que el perro sea
más perro,
y el zorro más traidor,
y el león más traidor y sanguinario,
y el asno como dicen que es el asno,
y el buey más inhibido y menos toro.
A toda bestia que pretenda
perfeccionarse como tal
-ya sea
con fines belicistas o pacíficos,
con miras financieras o teológicsa,
o por amor al arte simplemente-
no cesaré de darle este consejo:
que observe al homo sapiens y que aprenda.

(p. 66-67)





En todo caso: Gracias por el libro, las orquídeas,el día y quienes lo acompañaron (La intención es lo que cuenta) y Gracias al libro por lo que de inspirador tuvo.

21 de marzo de 2008

101+19=120 poemas

Llevaba marzo camino de no tener ninguna entrada en el blog. Pero llegó el día 17 lunes y un amigo me mostró una casualidad. Juan Carlos me dijo que el día que nació Lucas fue, precisamente, el mismo día que murió Ángel González, un poeta del que manifiesto desconocerlo todo (hasta su existencia). Como dice IBEN XAVIER, el primero en poner un comentario a esta noticia en El País,

Ahora que te has muerto,vives más...

Razón no le falta.

El caso es que al día siguiente busqué (y encontré) un libro de poemas de Ángel González. Repito que no es costumbre en mí leer poesía, pero encuentro que la poesía que no rima es otra cosa. Quizá los que me enseñaron literatura sólo me enseñaron poesía con rima y que utilizaba palabras que no entendía. Esto me costaba un esfuerzo que no casaba bien con la idea de ocio que tengo de la lectura. Pero insisto que ésto es otra cosa. Para muestra este poema, titulado Glosas a Heráclito


1
Nadie se baña dos veces en el mismo río.
Excepto los muy pobres.
2
Los más dialécticos, los multimillonarios:
nunca se bañan dos veces en el mismo
traje de baño.
3
(Traducción al chino.)
Nadie se mete dos veces en el mismo lío.
(Excepto los marxistas-leninistas.)
4
(Interpretación del pesimista)
Nada es lo mismo, nada
permanece.
Menos
la Historia y la morcilla de mi tierra:

se hacen las dos con sangre, se repiten.



Ahora que te has muerto, vives más o, al menos, yo leeré tu poesía.

24 de febrero de 2008

Ivanhoe

Como hace tiempo que no tengo tiempo de leer, voy a incluir un comentario acerca de un libro que ya leí hace tiempo, cuando nos íbamos a ir de vacaciones a Escocia. Entonces me apeteció leer el libro Ivanhoe del escocés Scott (que tiene una estatua en los jardines de Edimburgo muy cerca de donde está el cementerio con la tumba de Hume(habrá que leer algo de Hume))

¿Y por qué recordar ahora un libor leído hace 2 años? Pues porque ayer Bono (el del PSOE, no el de U2 dijo en un mitin: "No ha nacido todavía ni el castellano que valga más que el catalán ni el vasco que valga más que el andaluz" (el entrecomillado es de Europa Press). Pues bien, el matemático que hay en mi buscó un contraejemplo y, la verdad, tampoco le resultó muy difícil: El rey y sus hijos (y sus nietos, etc.)
Es algo que no deja de sorprenderme. Aparentemente los reyes (de España) van de "campechanos", fingiendo ser unos españoles más, pero siempre desde su privilegio (y con sus escoltas, sus saludos y su "distancia"). Además, en sus apariciones públicas, la gente se acerca a ellos para aplaudirles y aclamarles como si fuesen "divinos" y esto, cuando pueden, nos lo echan por la tele (y si no nos ponen a un montón de gente felicitandoles por sus cumpleaños).

Pues bien, sirva este post para contradecir al señor Bono (todavía queda una familia de privilegiados ¿hasta cuándo?) y también para ver como entresacando textos de las novelas de aventuras, también aparecen ideas, como la que sale en la página 117 de la edición de Ivanhoe de El País:


Aquellos que encontraban en la fisonomía del príncipe una audacia disoluta mezclada con una extremada altanería e indiferencia por los sentimientos del prójimo, no podían negar en su semblante cierta elegancia característica de los rostros despejados, bien formados por la naturaleza y modelados por el arte según las normas de la cortesía, de tal forma que sus facciones parecían tan francas y honestas que semejaban desconocer los ocultos y auténticos senderos de su alma. Una expresión como aquella suele confundirse con la franqueza, cuando en realidad se debe a la indiferencia de un caracter libertino, consciente de la superioridad de su nacimiento, de su fortuna y de algunas otras ventajas adventicias que nada tenían que ver con su mérito personal. Para aquellos que no pensaran tan profundamente, y estos eran la mayoría, el esplendor del rheno (o esclavina) del príncipe Juan, la riqueza de su túnica, (...), juntamente con la gracia con la que manejaba su corcel, era suficiente para merecer los clamorosos aplausos.



Vaya que seguimos como en los tiempos de Rey Arturo. Sólo hemos cambiado las túnicas por los trajes y el caballo por el Audi, pero siguen los aplausos del publico, con la ayuda de los políticos (y de la prensa (sobre todo TVE)) que siguen obviando que esa familia es una (irritante) excepción.

17 de febrero de 2008

Banderas quemadas

No soy lector de poesía, mejor dicho, sólo leo poesía por compromiso, aunque siempre el compromiso es agradable (o hasta ahora lo ha sido).

En este caso ha sido un ejemplar de Banderas quemadas cuyo autor (un compañero de trabajo) me hizo llegar. Se trata de una preciosa edición en un pliego realizada por el Instituto de Estudios Altoaragoneses con ilustraciones del propio autor. Once poemas y siete dibujos.

Me gusta más la cara A (la de delante) con poemas más breves que la de detrás (la B) dedicada a la Urbe (por cierto que le tengo que preguntar al autor por el nombre de esa Urbe (si es única))

Os voy a destacar uno de los poemas de esa cara A y que se titula Brecha



...y todos los brazos
de la tierra
no servirán
para abrazarnos,
tan solo
para abrir
más y más y más
la brecha.



Casi siempre nos empeñamos en separar lo que sería posible unir. Lo cierto es que vivimos en un mundo donde los brazos son más apreciados para empujar que para abrazar, como elemento disuasorio que amatorio. ¿Por qué nos cuesta tanto rozarnos con el de al lado? ¿En qué especie de burbuja necesitamos vivir para sentirnos protegidos? ¿En qué burbuja sobre la burbuja (pueblo, ciudad, país, continente, etc) nos escudamos para encontrarnos a nosotros mismos?

5 de febrero de 2008

Escrituras Ahuyentables "El educador mercenario"

Poco tiempo tengo para leer y también poco tiempo tengo para escribir y hacer de este blog un sitio vivo, pues esa era la voluntad inicial (y no solo ser un sitio en el que recoger fragmentos de libros). Que siga leer x hablar.


Llegué a Pedro García Olivo a través de un ex-alumno. Uno de esos que calificaríamos como un objetor escolar, aunque yo ni siquiera le recordaba. Él me dijo que erq un niño apático, que no le interesaba para nada lo que sucedía en la clase y que, a mitad de curso, se fué. Allí lo tenía delante de mi unos 9 o 10 años después en una mesa de la CNT desde la que vendía libros en una fiesta llamada del Sol organizada en el barrio de Torrero de Zaragoza (el barrio en el que nací).

Entre otros libros allí estaba un folleto de la Editorial Virus llamado El enigma de la docilidad, que más que por el título me llamó la atención por el subtítulo: Sobre la implicación de la escuela en el exterminio global de la disención y la diferencia. Compré ese y otros dos libros con el propósito (no podía ser otro) de leerlos.

Y los leí, pero a este le tocó primero y, después, contacté con Pedro para el programa de Radio Villacañas en el que colaboraba y le hice una entrevista radiofónica que está disponible aquí

También oteé su página web y allí encontré estas Escrituras ahuyentables I, fragmentos de otras entrevistas publicadas por el propio autor y disponibles en su web.

El fragmento que me llamó la atención es uno en el que declara sus intenciones, pero al ejemplificarla va más allá. Y fue ese más allá el que me interesó, pero no solo, porque a todo el que se dedique a la enseñanza, creo que la lectura de Pedro García Olivo es, al menos, turbadora y casi necesaria para reflexionar acerca de nuestro papel en el mundo que nos ha tocado vivir.


No dirijo mi crítica cotra la figura "clásica" del maestro, del profesor adicto al Sistema, "tradicional" en términos pedagógicos (...) Me parece que es ésa, como diría Marx, una "crítica sustancialmente acabada". Todas las "críticas sustancialmente acabadas" tienden a justificar lo establecido, legitimándolo 'por contraposición'; y a oscurecer, a obstruir, las "críticas por emprender", o "en curso", las críticas verdaderamente 'oportunas', 'peligrosas'. Por ejemplo, la crítica de la Dictadura, sustancialmente acabada, distrae de la crítica de la Democracia - y el recuerdo permanente de los horrores 'represivos' de las dictaduras (...) sirve a la "legitimación por contraposición" de las democracias, supuestamente no-represivas.



Quizá sí estemos a falta de una crítica de verdadero compromiso. Una crítica que vaya un poco más állá, que no nos instale en este conformismo de que lo que tenemos es lo mejor entre todo lo posible, porque si bien hay peor, también es posible que haya mejor.

El párrafo continúa centrandose en el tema del debate -no en vano Pedro se define como un anti-pedagogo:


En nuestro terreno, la crítica facilísma, ya hecha, acabada del "profesor tradicional" diluye y pospone indefinidamente la crítica, que considero inaplazable, del "profesor moderno", "progresista", "contestatario", del "profesor reformista".



Ahí queda, para que os animéis a leer la crítica de Pedro.

27 de enero de 2008

El espejismo de Dios

Este es el verdadero promotor del Blog. Cuando leí este libro durante las navidades, pensé que debía tomar notas de las cosas que me guatan de los libros. En un segundo momento se me ocurió tomar las notas en el ordenador, haciendo algo así como una base de datos. Por último se me ocurrió que lo más acertado podía ser un blog, de modo que lo que yo apunto, leo y pienso, quede al descubierto para todos el que le interese.

En cuanto al libro, deciros que a mí me parece demoledor para La hipótesis de Dios (Aquella que le sobraba a Pascal). MI impresión parte sin duda del hecho de que yo ya estoy convencido, pero tras leerlo uno no entiende muy bien de qué forma se puede defender la existencia de un Dios. La verdad es que me gustaría conocer la opinión de un no convencido como yo. De hecho la busqué por Internet sin mucho entusiasmo y ninguna fortuna. Poco después abandoné la búsqueda un poc cansado de ver lo bonito que es tener fe.

Del primer capítulo cito una cita de H.L. Mencken

"Debemos respetar la religión del otro, pero solo en el mismo sentido y con la misma extensión en que respetamos su teoría de que su mujer es la más guapa y sus niños los más listos."



Con la que estoy absolutamente de acuerdo. Basta ya de escudarse en que sobre la religión no hay debate, porque entonces le estamos haciendo el juego a la propia religión, que a lo que aspira es a que no haya debate, ¿cómo si no va a hacer creer a nadie sus dogmas que no superan la menor prueba lógica?

Nada más clarificador que esta cita de Bertrand Russell y del capítulo 2 (por cierto que también tengo pendiente algo más de la mitad del Por qué no soy cristiano de Russell)

"Muchas personas ortodoxas hablan como si pensaran que es asunto de los escépticos refutar los dogmas recibidos en vez de ques ena los dogmáticos quienes los prueben.Por supuesto, esto es un error. Si yo fuera a sugerir que entre la Tierra y Marte hay una tetera china girando alrededor del Sol en una órbita elíptica, nadie sería capaz de desmentir mi aserción (...) Pero si luego yo digo que, como mi aserción no puede refutarse, es una presunción intolerable por parte de la razón humana dudar de ello, pensarían de mi (...) que estoy diciendo sinsentidos. Sin embargo, si en los libros antiguos se afirmara la existencia de esa tetera (...) la duda a la hora de creer en su existencia se convería en una seña de excentricidad y harían que un psiquiatra reconcienra al dubitativo(...)"



Si el libro es un Best-seller antiguo, pues mejor para él. Pero que por eso tengamos que creer todo lo que ponga en él...

Lo demás lo dejo para que lo leais vosotros excepto una única cuestión que me ha llamado fuertemente la atención, supongo que por el (gran) momento que estoy viviendo. Se trata de un mandamiento que aparece en la página 284 y que no me resisto a reproducir:

No adoctrines a tus hijos. Enséñales cómo pensar por sí mismos, cómo evaluar evidencias y cómo estar en desacuerdo contigo.



Voy a hacer mío este mandamiento (aunque desconozco la receta para conseguirlo). En todo caso, trataré (trataremos) de que no sea un niño cristiano, musulmán o ateo, ni tampoco socialista, conservador o comunista. Tiempo tendrá de ponerse etiquetas (o de que se las pongan) y, antes de eso, de decidir si quiere tener alguna etiqueta sobre él.

20 de enero de 2008

Dios es peligroso

Si no hay tiempo de leer un libro, quizá sí lo hay para leer un artículo. Éste se publicó el 12 de enero de 2008 en la página 27 de El País.

El tema de la religión está en los inicios de este blog, aunque de forma todavía extrañamente ausente. De hecho todo comenzó con un creciente interés por comentar un libro de Richard Dawkins titulado El espejismo de Dios al que tendré que dedicar en un futuro más de un post.

Este libro constituyó una de mis lecturas navideñas que amenizaron la espera y me convencieron de la necesidad de no tratar de imponer una determinada religión a nadie, incluido un pequeño e indefenso recién nacido.

El caso es que los temas se entrelazan con mucha facilidad en las lecturas y sin saber bien como abrí el periódico para encontrar este texto que da en la diana de lo que venía a ocupar el lugar de mis reflexiones navideñas y, además en un día tan señalado.

Del texto os estraigo lo siguiente:

"(...) El nuevo testamento dice "Todos somos iguales ante Dios". Esta igualdad (...) es la que sustenta socialmente las religiones cristianas. Sin embargo, la consecuencia de ello es que con la misma radicalidad que se suprimen las diferencias sociales y políticas, se establece una nueva distinción fundamental y una nueva jerarquía ne el mundo: entre los creyentes y los no creyentes. Con ello se priva generalmente a los no creyentes de la categoría de personas. Las religiones pueden construir puentes entre las personas allí donde existen jerarquías y fronteras, pero cavan a la vez nuevos abismos allí donde no existían."


La pregunta, a mi, se me antoja obvia: ¿No podríamos (los humanos) tender esos mismos puentes sin apelar a la fé o, mejor dicho, a ninguna fe? ¿No basta con tener fe en que otro mundo, otra forma de conducir las relaciones humanas, son posibles?

19 de enero de 2008

Nuestro tal Lucas

Como era de prever, la parte racional superó a la irracional. El libro se terminó como estaba previsto el día 10 por la noche, pero a Lucas no le apetecía mucho salir, así que se hizo esperar hasta el día 12, pero al fin llegó.

Ahora estoy muy contento y disfrutando de Lucas. Así que no tengo tiempo para la lectura. Proseguiré con este experimento cuando el tiempo lo permita.

10 de enero de 2008

Un tal Lucas (2)

Mañana vendrá Lucas. A veces pienso que no vendrá (por su pie) hasta que termine el libro. Voy a intentarlo esta tarde.

No sé por qué a veces me dan estas ideas tipo Amelie, pero por intentarlo no pasa nada.

Supongo que todos tenemos una parte racional y otra más irracional. La segunda en mi caso, cree en casualidades como esta, que, imagino, tienen su base en la idea de que existe un orden cósmico que todo lo controla. Mi parte racional no cree en ese orden, la irracional se va a poner a leer.

Ayer leí Amor 77 que ya había leido/oido varias veces en el contenedor de Radio Villacañas.

"Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se peinan, se visten y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son."



Mañana veremos a Lucas como es. Ójala pueda ser y le dejen ser, lo que no dudo es que será.

8 de enero de 2008

Un tal Lucas

Llegué a este libro por indicación de mi hermano Mario, cuando se enteró de que ése era precisamente el nombre de su sobrino. Mario lo tenía en un estante sujeto con cuerdas (el estante). Yo lo busqué en Zaragoza; me costó 4 o 5 librerías y al final encontré en el Fnac una edición de Alfaguara impresa en Argentina.

Me cuesta un poco hacerme a este tipo de escritura, que no es otra cosa que un blog. La ventaja de los blogs actuales es que su publicación es inmediata, mientras que, de esos otros, sólo se han publicado los de aquellos de quienes sus editores pensaron que merecía la pena (léase, venta)

Volviendo al libro: Lo empecé varias veces, pero el primer intento serio lo hice este año, esperando en la puerta de la consulta de monitores a que Lucas generara una gráfica (con ayuda, claro). De lo que leí (la primera parte) me quedo con Lucas, sus intrapolaciones, que en mi edición está entre las páginas 33 y 34.
Después de acercarse a los movimientos instintivos de un pulpo desde una perspectiva antropomórfica (¿hay otra posibilidad?) culmina el relato con lo siguiente:

Considerablemete deprimido, Lucas se dice que a esas alturas lo único que cabe es una especie de intrapolación: también esto, lo que stá pensando en este momento, es un mecanismo que su conciencia cree comprender y controlar, también esto es un antropomorfismo aplicado ingenuamente al hombre.
"No somos nada", piensa Lucas, por él y por el pulpo.



Sorprende que este es el mismo tema de otro libro que ahora tengo entre manos El viaje al amor de Punset. El primer capítulo del libro habla precisamente de eso.

Parece extraño como a veces los libros se entrelazan. Otra coincidencia. El relato que da título al Blog habla de conferencias, como el relato Lucas, su nueva forma de pronunciar conferencias, el último que leí.

Tener varios libros entre manos hace que se entrelacen de una forma extraña. ¿No formará esto parte del mecanismo?

7 de enero de 2008

El gozo intelectual

El nombre del blog es como se llama el capítulo 50 de la parte práctica del libro de Jorge Wagensberg El gozo intelectual. Lo leí durante estas vacaciones de verano en los Oscos (Asturias). Mientras lo leía decidí que iba a comenzar a apuntar en algún tipo de libreta todo aquello que me fuera surgiendo de lo que leía, con el objeto de tenerlo siempre a mano. La decisión final ha surgido como propósito de año nuevo en forma de Blog y con este título que, quizá, sólo necesita una breve explicación. Vamos con ella.

Leer por hablar me ha animado a escribir sobre lo que leo, pero a escribirlo sin corregir, lo que salga, porque quiero que sea el pensamiento de mi cerebro presente (y presente) el responsable de lo escrito, más allá de la corrección/incorrección del texto.

Ahí queda, hoy nace, leer x hablar o hablar x leer que, casi, tanto da.