8 de enero de 2008

Un tal Lucas

Llegué a este libro por indicación de mi hermano Mario, cuando se enteró de que ése era precisamente el nombre de su sobrino. Mario lo tenía en un estante sujeto con cuerdas (el estante). Yo lo busqué en Zaragoza; me costó 4 o 5 librerías y al final encontré en el Fnac una edición de Alfaguara impresa en Argentina.

Me cuesta un poco hacerme a este tipo de escritura, que no es otra cosa que un blog. La ventaja de los blogs actuales es que su publicación es inmediata, mientras que, de esos otros, sólo se han publicado los de aquellos de quienes sus editores pensaron que merecía la pena (léase, venta)

Volviendo al libro: Lo empecé varias veces, pero el primer intento serio lo hice este año, esperando en la puerta de la consulta de monitores a que Lucas generara una gráfica (con ayuda, claro). De lo que leí (la primera parte) me quedo con Lucas, sus intrapolaciones, que en mi edición está entre las páginas 33 y 34.
Después de acercarse a los movimientos instintivos de un pulpo desde una perspectiva antropomórfica (¿hay otra posibilidad?) culmina el relato con lo siguiente:

Considerablemete deprimido, Lucas se dice que a esas alturas lo único que cabe es una especie de intrapolación: también esto, lo que stá pensando en este momento, es un mecanismo que su conciencia cree comprender y controlar, también esto es un antropomorfismo aplicado ingenuamente al hombre.
"No somos nada", piensa Lucas, por él y por el pulpo.



Sorprende que este es el mismo tema de otro libro que ahora tengo entre manos El viaje al amor de Punset. El primer capítulo del libro habla precisamente de eso.

Parece extraño como a veces los libros se entrelazan. Otra coincidencia. El relato que da título al Blog habla de conferencias, como el relato Lucas, su nueva forma de pronunciar conferencias, el último que leí.

Tener varios libros entre manos hace que se entrelacen de una forma extraña. ¿No formará esto parte del mecanismo?

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