5 de febrero de 2008

Escrituras Ahuyentables "El educador mercenario"

Poco tiempo tengo para leer y también poco tiempo tengo para escribir y hacer de este blog un sitio vivo, pues esa era la voluntad inicial (y no solo ser un sitio en el que recoger fragmentos de libros). Que siga leer x hablar.


Llegué a Pedro García Olivo a través de un ex-alumno. Uno de esos que calificaríamos como un objetor escolar, aunque yo ni siquiera le recordaba. Él me dijo que erq un niño apático, que no le interesaba para nada lo que sucedía en la clase y que, a mitad de curso, se fué. Allí lo tenía delante de mi unos 9 o 10 años después en una mesa de la CNT desde la que vendía libros en una fiesta llamada del Sol organizada en el barrio de Torrero de Zaragoza (el barrio en el que nací).

Entre otros libros allí estaba un folleto de la Editorial Virus llamado El enigma de la docilidad, que más que por el título me llamó la atención por el subtítulo: Sobre la implicación de la escuela en el exterminio global de la disención y la diferencia. Compré ese y otros dos libros con el propósito (no podía ser otro) de leerlos.

Y los leí, pero a este le tocó primero y, después, contacté con Pedro para el programa de Radio Villacañas en el que colaboraba y le hice una entrevista radiofónica que está disponible aquí

También oteé su página web y allí encontré estas Escrituras ahuyentables I, fragmentos de otras entrevistas publicadas por el propio autor y disponibles en su web.

El fragmento que me llamó la atención es uno en el que declara sus intenciones, pero al ejemplificarla va más allá. Y fue ese más allá el que me interesó, pero no solo, porque a todo el que se dedique a la enseñanza, creo que la lectura de Pedro García Olivo es, al menos, turbadora y casi necesaria para reflexionar acerca de nuestro papel en el mundo que nos ha tocado vivir.


No dirijo mi crítica cotra la figura "clásica" del maestro, del profesor adicto al Sistema, "tradicional" en términos pedagógicos (...) Me parece que es ésa, como diría Marx, una "crítica sustancialmente acabada". Todas las "críticas sustancialmente acabadas" tienden a justificar lo establecido, legitimándolo 'por contraposición'; y a oscurecer, a obstruir, las "críticas por emprender", o "en curso", las críticas verdaderamente 'oportunas', 'peligrosas'. Por ejemplo, la crítica de la Dictadura, sustancialmente acabada, distrae de la crítica de la Democracia - y el recuerdo permanente de los horrores 'represivos' de las dictaduras (...) sirve a la "legitimación por contraposición" de las democracias, supuestamente no-represivas.



Quizá sí estemos a falta de una crítica de verdadero compromiso. Una crítica que vaya un poco más állá, que no nos instale en este conformismo de que lo que tenemos es lo mejor entre todo lo posible, porque si bien hay peor, también es posible que haya mejor.

El párrafo continúa centrandose en el tema del debate -no en vano Pedro se define como un anti-pedagogo:


En nuestro terreno, la crítica facilísma, ya hecha, acabada del "profesor tradicional" diluye y pospone indefinidamente la crítica, que considero inaplazable, del "profesor moderno", "progresista", "contestatario", del "profesor reformista".



Ahí queda, para que os animéis a leer la crítica de Pedro.

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