15 de julio de 2008

El urinario

Hace ya años que leí La flaqueza del Bolchevique, de Lorenzo Silva, tras ver la película que lleva el mismo nombre. De aquel libro recordaba (algo) de la forma en la que estaba escrito y de la sensación de encontrarse ante una persona atrapada en su éxito profesional y hundida en su fracaso personal. Por eso cuando ví que Lorenzo Silva firmaba en la feria del libro de Madrid, decidí pasar por su web para ver qué otros libros había escrito y, con ese pretexto, comprar uno y que el propio autor le anotara una dedicatoria.
Así fue como supe que Silva ha escrito una serie de novelas policiacas (por no decir guardiacivilescas), además de relatos de viajes y otros juveniles. Lo que me llamó la atención fue una trilogía (laxa) que forman El urinario, La flaqueza del bolchevique y El ángel oculto. Así, leído el segundo, podíamos ir a por el primero y, como en el caso de la flaqueza, lo que me ha vuelto a gustar es ese carácter corrosivo de estos personajes de Silva. Tal vez la novela no sea demasiado profunda, pero deja entrever que quizá lo que nos venden como triunfadores, es posible que no lo sean tanto. Yo, por mi parte, os dejo con una cita de la página 26 de mi edición

«A menudo resulta arduo discernir el límite entre el trabajo y la intimidad, porque hay cientos de miles de seres que confunden uno y otra y hasta quienes intercambian los términos, convirtiendo su trabajo en la médula de su intinidad y su intimidad en una tarea. Es obvio que de vez en cuando uno debe repeler los asaltos de su intimidad a su desempeño laboral, en garantía de la retribución que por tal desempeño corresponde. Pero tal y como yo lo intuyo (...) resulta mucho más perentorio oponerse al desenlace, nada infrecuente, de terminar uno siendo sólo la profesión en que uno enterró su inteligencia.»

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