4 de abril de 2011

¡Indignaos!

Un librito corto, apenas 60 páginas, de las cuales el texto principal ocupa aproximadamente 30. Se lee de un tirón y, en mi opinión, defrauda la fama que le precede. Pasé las 30 páginas buscando la frase que estaría bien para este blog; la frase que siempre aparece, que te llama la atención, que merece un recuadro y un recuerdo. Pues bien, al final de la página 48 (la última del alegato) vi que había terminado y que, por vez primera, iba a tener una entrada en el blog sin texto entrecomillado.
Hay razones para la indignación, pero una de ellas es este librito, que creo no ha merecido los elogios que ha despertado en radios y televisiones. Aún así hay un fondo de razón. No se puede permanecer inmóvil ante la dictadura de los mercados, que actúan por puro egoísmo. Quizá la solución se encuentre próxima al Ensayo sobre la lucidez de Saramago. Imaginemos que hay unas elecciones y nadie va a votar. ¿Cuál sería el siguiente paso? A lo mejor habría que intentarlo. Eso o que todos votáramos en blanco.

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