7 de junio de 2010

El blog del inquisidor

Otro libro de Lorenzo Silva. Aunque seguro que a alguno esto le parece literatura de consumo, a mi me siguen entreteniendo este tipo de lecturas, de donde siempre se sacan algunas reflexiones válidas, más en este autor, que suele filosofar bastante.
Este libro en concreto tiene un estilo más suave y menos ácido que otros, motivo por el que, lo pongo el último en la lista (provisional) de los libros leidos de este autor en orden de recomendación (si alguien me pregunta)
En definitiva y siguiendo con lo encontrado en el libro, os voy a poner una reflexión que también tiene que ver con este blog, que a punto estuve de dejar morir de inanición.

«...no te comprometas nunca a la ligera, pero una vez que lo hagas, revienta o rómpete antes de fallar. Porque lo peor de las deudas insatisfechas no es el menoscabo que uno pueda sufrir en la consideración del acreedor (...) La consecuencia más dañina de nuestros incumplimientos es que nos van empujando, de un modo tan imperceptible como inexorable, hacia el borde de nuestro propio abismo interior. No se trata de que los demás no se fíen de uno, sino de acabar no fiandose de uno mismo: llegados a este punto, no hay manera de impedir el desastre.» (p.157)


En este sentido, el compromiso de escribir este blog, como memoria de vida a través de los escritos estuvo cerca de perderse y, como consecuencia, contrajo algunas deudas de libros leídos y no reportados. Como dice Silva a través de su personaje el peligro estaba en haber comenzado algo que no iba a continuar; la ruptura de un compromiso con uno mismo y eso puede terminar en desastre. Bien está comenzar algo y decidir que se termina, pero lo que no es admisible es el abandono sin más, sin decisión asociada.

Así que, de momento, reitero el compromiso de continuar con el Blog, compromiso que adquiero conmigo mismo y con nadie más, pero basta con eso: esta es la historia de lo que voy leyendo y lo que me llama la atención de eso que leo.

Termino con otra cita, que me recuerda los tiempos en los que hacíamos un programa de radio en el que los temas de historia tenían más polémica asociada que los temas de ciencia o de literatura.


«No existe ni existirá nunca una Historia verdadera, porque a nadie le interesó jamás la verdad, sino que su versión prevaleciera sobre el resto.» (p.20)


Pues eso.

No hay comentarios: